Cuando decidimos hacer la voluntad de Dios todo parece ponerse en nuestra contra. Es la misma experiencia que el pueblo de Israel está viviendo en el libro de Esdras: los primeros tres capítulos parecen indicar que todo va a salir bien, pero, cuando decidimos seguir a Dios, los enemigos reaccionan, quieren confundirnos, quieren destruirnos y, muchas veces, nos vencen. Eso nos enseña el capítulo 4 del libro de Esdras: “Las consecuencias de hacer la voluntad de Dios”.
Por Pedro Crenes